Surgida a finales del siglo XX, la praxis del Ecosocialismo es una respuesta democrática, ideológica y conservacionista, que ataca la gran impunidad ambiental que se padece en todo el Mundo, debido al canibalismo corporativo que NO se cansa de irrumpir, explotar y rentabilizar toda la nobleza de la Pachamama, a cambio de recibir toda la sangre del dinero ecocida. De allí, que se busca replantear la interacción del Hombre con el Medio, pues debe existir un marco de corresponsabilidad social entre los gobiernos, los organismos públicos, privados y la ciudadanía. Así, es posible crear estrategias mancomunadas que generen fuentes de empleo y mejoren la calidad de vida en las personas, quienes operan como agentes de cambio dentro de sus comunidades.
Llamada oficialmente “Árbol Misión Socialista”, busca que los habitantes ejerzan el rol protagónico en la diaria interacción con el Medio Ambiente; siendo la piedra angular en que radica su éxito. Lo afirmamos, pues los Consejos Comunales que se organizan en cada municipio, ciudad y parroquia del país, trabajan en mancomunidad con el fin de resolver las problemáticas ambientales que se susciten, y así canalizarlas en propuestas de avance que los organismos del Estado, deberán adaptar en proyectos futuros. El activismo ecológico presente en la sinergia de las calles venezolanas, minimiza los delitos que atentan contra los recursos naturales y propicia un entorno de vida mucho más agradable.
Un aspecto que distingue a la Misión Árbol, es la inyección de valores que sean de provecho en la cotidianidad de los pueblos. De hecho, su accionar va más allá de las comunidades, ya que el mensaje optimista ha tocado las aulas de los jóvenes en sus colegios, la puerta laboral de los oficinistas y hasta la mente de los privados de libertad, quienes se encuentran recluidos en Centros Penitenciarios de Venezuela. Como un mecanismo de reinserción social, los presos tienen la oportunidad de participar en campañas sistemáticas, que incluyen: sembrar árboles en los alrededores del reclusorio, pintar paredes para colocar frases ambientalistas, realizar objetos artesanales y reciclados que se regalan a sus familiares o se ponen a la venta en bazares comunales efectuados dentro de las instalaciones del penal. Esas actividades, permiten que los reos aprendan de valores, que evocan la solidaridad, la paciencia, la esperanza y la empatía, en el labro de ayudarlos a reflexionar sobre los errores que cometieron en el pasado.
Con sus más de 6 años en la lucha ambiental, la Misión Árbol espera sembrar 7 millones de plantas en el 2013 y tener en buenas condiciones un total de 7,400 hectáreas de la geografía venezolana. Además, se recolectarán 12,000 kilos de semillas, priorizando a las plantas que se hallan en peligro de extinción, que tengan interés científico y buscando las condiciones de suelo idóneas para sembrarlas. En la actualidad, existen más de 4,500 Comités Conservacionistas que junto al recién creado Ministerio del Poder Popular para el Ecosocialismo y Aguas, se distribuyen en áreas específicas del país y activan el “Plan Integral”, que es la alternativa ecológica ciudadana para proteger la biodiversidad.
Por otro lado, la Misión “Luciérnaga”, combate el abuso del consumo eléctrico que se padece en el tricolor patrio. Lamentablemente, a muchos venezolanos NO les interesa poner en práctica la Eficiencia Energética. El problema de los continuos apagones, es causado por la indiferencia, que nace del capricho, la ignorancia o la terquedad, en jamás apagar un aire acondicionado, siempre prender luces artificiales y nunca desenchufar los aparatos electrónicos. Desde el año 2010, la mencionada Misión ha sustituido millones de bombillas incandescentes por luces fluorescentes compactas de bajo consumo. También, junto a voceros de los Consejos Comunales y las Brigadas Ambientalistas, se ejecutan visitas “casa por casa”, para que la gente aprenda del uso racional de la energía.
En ese sentido, la “Gran Misión Eléctrica”, que arrancó en abril del 2013, busca garantizar el suministro de energía en todo el país, evitando los repentinos cortes y fallas de voltaje, que se producen por el sabotaje confeso de personas inescrupulosas. El objetivo, es resguardar las instalaciones de las plantas de generación eléctrica, mediante un plan cívico-militar diseñado para que el pueblo bien organizado y los funcionarios castrenses, trabajen a favor de las comunidades y así eclipsar cualquier artimaña de sectores neoliberales. Si deseamos afianzar la seguridad y eficiencia energética, hay que estimar un proyecto de transferencia tecnológica solar, entre las naciones de Hungría, China y Venezuela, que potenciará el despertar ecosocialista en la gente.
De igual manera, el Proyecto “Ser Lago”, es una iniciativa de educación ambiental impulsada por el Ministerio, para que los jóvenes de colegios públicos y privados, obtengan una conciencia ecológica integral sobre el aprovechamiento sustentable de los recursos que se localizan en la Cuenca del “Lago de Maracaibo”. Lo importante, es que por primera vez se busca que todos los involucrados en la problemática (habitantes, pescadores, estudiantes, políticos, empleados de empresas petroleras, ambientalistas), vayan a las instituciones y debatan abiertamente los temas socio-ambientales que se padecen. Con ello, se logra que la infancia empiece a tener una conducta proactiva en defender el equilibrio de los ecosistemas y reparar los daños ocasionados por el sector industrial.
En cuanto a los instrumentos legales, en Venezuela se cuenta con la “Ley Orgánica del Ambiente” (2006) y la reforma a la “Ley Penal del Ambiente” (2012), que dictan la normativa jurídica para tipificar los delitos ambientales y castigar a quienes los cometan. El pago de unidades tributarias, la privación de libertad y el tener que participar en campañas de sensibilización ecológica, son algunas de las sentencias que los delincuentes deberán acatar. También, aparece la “Ley para la Protección de la Fauna Doméstica, Libre y en Cautiverio” (2010), que sanciona los casos de crueldad animal, tristemente presentes en el país y que ameritan reprendas oportunas para los individuos. A su vez, la “Ley de Gestión de la Diversidad Biológica” y la “Ley de Bosques y Gestión Forestal”, son estatutos legales que junto al monitoreo constante del Instituto Nacional de Parques (Inparques), obligan al respeto por la flora y fauna venezolana.
Los desafíos ecológicos en Venezuela, se centran en prohibir los eventos de extrema crueldad animal, como las Corridas de Toros y los Circos. También, se deben masificar en las calles los contenedores de basura, que por medio de colores las personas identifican en qué recipiente van a desechar los residuos orgánicos e inorgánicos. Es clave replantear los contenidos audiovisuales que trasmiten los medios privados de TV, pues sus programas inundan de antivalores a los venezolanos y destruyen la salud mental de la gente. Sólo así, la bondad de la Madre Tierra, se podrá seguir reflejando en las manos del Ecosocialismo.
carlosfermin123@hotmail.com
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